Letras Corpóreas
El mundo es otro desde que existen las letras corpóreas
Letras grandes, pequeñas, medianas. Textos cortos o largos. Cualquiera que sea la necesidad, las letras recortadas suponen una atractiva solución a un precio contenido.
Son lo que su propio nombre indica. Existen multitud de materiales que podemos utilizar: Vinilo autoadhesivo, metacrilato, policarbonato, pvc, acero, aluminio, latón… En función de la aplicación prescribiremos uno u otro. De igual manera deberemos definir su tratamiento superficial atendiendo a diversos factores. Principalmente, el hecho de que la implantación sea interior o exterior condiciona notablemente esta elección.
Las letras opacas transmiten gran solidez de marca corporativa.
Se trata de letras que presentan un cierto relieve o profundidad. Su uso siempre aporta calidad a la reproducción de una marca. En función de cuál sea la distancia de visión se determina el tamaño requerido y, conocido este, se le aplica un relieve proporcional. El relieve se consigue fundamentalmente recortando materiales de diferente grosor o soldando una pletina perimetralmente para evitar sobrecargar de forma innecesaria el elemento.
La letra corpórea opaca supone una propuesta de considerable impacto con coste muy eficiente. Sin duda esta es una de las razones por las que en casi todas las ciudades existe una aplicación de letras de este tipo que se ha convertido en un símbolo, y en algunos casos incluso en un icono de la propia ciudad.
Las letras corpóreas luminosas constituyen la forma fundamental de realzar un mensaje reforzando su impacto y visibilidad.
A diferencia de otras, en éstas el frontal está realizado por un material traslucido (habitualmente metacrilato) y en su interior se aloja una fuente de luz. En este caso es de gran importancia dimensionar correctamente el relieve de la letra para conseguir una difusión homogénea de la luz. Las fuentes más utilizadas actualmente son los diodos led. Pero no se deben dejar de lado otras opciones válidas como la luz de neón para conseguir efectos particulares.
Letras retroiluminadas; o cómo conseguir que la marca esté presente de forma elegante en cualquier momento del día.
El frontal de la letra es opaco, habitualmente metálico, y la luz del interior se proyecta hacia atrás. Hacia el paramento que soporta la letra. Se consigue un efecto halo que enmarca la letra. Para ello, ésta se debe montar con cierta separación del paramento, que debe ser definida de manera cuidadosa para conseguir que el halo de cada letra conviva con el de las demás circundantes presentándose como un conjunto homogéneo.
Ten precaución con el uso de relieves excesivos puesto que si no se hace a propósito como una característica intrínseca de la marca se consigue un efecto negativo dificultando su legibilidad.